Búfalo cafre

Datos generales

Nombre científico:
Syncerus caffer
Clase:
Mammalia
Orden:
Artiodactyla
Familia:
Bovidae
Alimentación:
Herbívora
Habitat:
habita en los bosques y sabanas del África subsahariana.
Camada:
1 cría
Gestación:
300 a 330 días
Longevidad:
26 años en vida silvestre y se ha registrado 29 años bajo cuidado profesional..
Situación actual:
Estable
Distribución Geográfica:
Del sur del Sahara, se extiende desde el Senegal al Sudán y hasta Etiopía.

Descripción

El búfalo cafre tiene una altura en la cruz de entre 1 y 1,7 metros y de 2,1 a 3,4 m de longitud.​ Su peso alcanza hasta 1000 kilos. Los cuernos son gruesos y muy desarrollados, curvándose hacia arriba en los extremos; la distancia entre éstos alcanza en los machos un metro. El pelaje es marrón oscuro o negro y de escasa longitud, sólo largo en el extremo de la cola y los bordes de las orejas.
Presenta dimorfismo sexual, siendo las hembras de color más claro y tamaño y cuernos más pequeños. Los machos llegan a madurez sexual a los cinco años, mientras que las hembras lo hacen hasta los ocho años. Los búfalos africanos son animales gregarios, que se agrupan en manadas de tamaño variable: desde cuatro o cinco individuos en las zonas boscosas de África central, a miles en las sabanas del este del continente. Los machos se colocan a los márgenes del grupo, mientras que las hembras y las crías se concentran en el interior, donde corren menos peligros. Las manadas cuentan con un grupo de viejos machos que guían a la manada y la alertan de los depredadores.
Le gusta pasar las horas más cálidas de la jornada durmiendo y rumiando en cualquier charco fangoso o en cualquier pantano, del que sale cubierto por una costra sucia y dura. A falta de estos lugares, elige un paraje sombrío del bosque, o un matorral muy espeso. Es un animal con un constante mal humor; su carácter es sombrío y tozudo; casi siempre mantiene su ancha y maciza cabeza en posición de ataque; los ojos, grandes, de color negro azulado, brillan salvajemente bajo los poderosos cuernos.
Cuando es herido mortalmente el búfalo se deja caer poco a poco a tierra, alarga la cabeza y emite un especialísimo y breve mugido; los cazadores expertos no se aproximan nunca a la presa sin antes haber oído este singular grito de muerte. Pero el hombre no es el único enemigo del búfalo. También el león le ataca y a veces consigue matarlo; muchos cazadores han encontrado búfalos que tenían sobre el cuello y la espalda cicatrices de heridas profundas, como resultado de su encuentro con leones. Estos búfalos que han sido atacados por los grandes felinos son siempre irritables y fieros. El cocodrilo del Nilo también es uno de sus depredadores. Puede alcanzar velocidades de hasta 57 km/h.

Fotos